a Unidad Panameñista, vista por los verdaderos panameñistas
"Veritas imperabit" (la verdad impera), resalta en el emblema de Acción Comunal, organización fundada el 19 de agosto de 1923, y que se proyectó en la clandestinidad ante la persecución gubernamental de la época.
Este pujante grupo operó inicialmente con 52 socios los que pagaban una cuota de B/.0.50 (cincuenta centésimos) para cubrir gastos de funcionamiento; eventualmente, y ante los obstáculos impuestos por la prensa amañada, sacan a la luz un periódico denominado Acción Comunal, donde la pluma flamígera de osados escritores pide el respeto a la Constitución y a la ley; se denuncia el desgreño y corrupción gubernamental, los abusos de poder, y se exige que el desarrollo llegue con equidad al interior de la República; así como también, hacen un enérgico llamado a fin de que se respete la soberanía nacional, pisoteada por tratados leoninos apoyados por la siempre amenazante bota del ejército de Estados Unidos acantonado en la antigua Zona del Canal.
Acción Comunal estaba compuesto por jóvenes idealistas que, con la inclusión en sus filas del Dr. Arnulfo Arias (prestó juramento el 19 de noviembre de 1930 y lideró la aventura armada), toman el poder el 2 de enero de 1931 (hubo ocho policías muertos y dos civiles que formaban parte del movimiento), hecho que tuvo como escenario de sangre y de miedo los predios del Palacio Presidencial, provocando la renuncia del entonces Presidente Dr. Florencio Arosemena.
De ese histórico movimiento, verdaderamente revolucionario, emergió la doctrina Panameñista.
Hoy, después de este recuento histórico, reflexionamos en torno al compromiso adquirido por los panameñistas y que es un legado de quienes nos antecedieron, pues, la verdad es bella pero todo lo bello no es necesariamente verdadero.
En esa línea, el divisionismo imperante y la búsqueda egoísta de poder, solo sirven para propalar confusión y caos, mientras, como dice el himno de Acción Comunal (es también el himno del Partido Panameñista), "el mundo nos mira"; pero nos mira, no "con emoción" como dice la letra, sino con preocupación porque la luz de un ideal, que nació hace 82 años, se está achicando como candil que se apaga.
Se dice que negociar es buscar el punto medio, donde mora la virtud; pero, se negocia de esa manera con quienes son merecedores del beneficio, no con políticos cuyo actuar irregular no les provoca siquiera pena ni remordimiento.
Nuestros iguales en las filas panameñistas son aquellos que no claudican subastando su conciencia; aquellos que no lucran con la cosa pública; aquellos que no opacan sus principios morales por oropeles carentes de sustancia.
No somos ni oráculos ni profetas, pues desde hace tiempo hemos aprendido que las personas y los nombres son transitorios y lo que mantiene aún con vida al panameñismo es el ideal, no la imposición del dedo tiránico abusador u otra cosa. Por eso recuerdo en este escrito a los héroes de Acción Comunal; esos hombres sencillos pero rebeldes ante la corrupción y la tiranía, los padres de la doctrina panameñista que, a riesgo de su propia vida, lucharon por la defensa de la dignidad nacional: todos unidos por un ideal.
Bien está escrito en su himno y que heredamos los panameñistas; cada letra es un dardo a nuestra conciencia
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Dónde puedo conseguir los nuevos estatutos del partido?
Publicar un comentario